lunes, 12 de noviembre de 2012

Sexo en la TFP y los Heraldos

A las mujeres, de partida, se las considera unas “fassuras”  (Fassur, personaje del Antiguo Testamento, dado a la vida inmoral y relajada; fassur y fassura son adjetivos peyorativos del argot interno del grupo) origen de deseos prohibidos, tentaciones, pecados y demás desgracias para los elegidos del Reino de María. De esta calificación sólo se escapan (fuera del santoral) Da. Lucilia y alguna otra mujer.
Una cosa es la virtud de la pureza, la práctica de la castidad, cosas sublimes en una sociedad sexualizada y materializada, a ser llevada por almas llamadas a un estado excepcional, otra cosa muy diferente es la manifestación cátara de rechazo a la mujer, al sexo, al matrimonio, a la reproducción humana (la comentada reproducción asexuada en el Reino de María...), al afecto, tan normal en la TFP/HE.
Lamentablemente en vez de abordar este tema con más naturalidad (si bien al grupo entran muy jóvenes no quiere decir que muchos de ellos no hayan entrado iniciados ya en el sexo), de una manera didáctica poniendo todo esto en su debido puesto, en un segundo plano, toda esta materia se demoniza tanto y tan frecuentemente que produce verdaderas neurosis en muchos individuos (puedo decir que acompañé a varios al psiquiatra y estos médicos comentaban que parte de las perturbaciones que detectaban eran por la obsesión sexual de los pacientes). El sexo (o la lucha contra él) parece una obsesión en todos los círculos del grupo, se previenen cosas que a la gente normal y con dos dedos de frente ni se le ocurrirían, o por el contrario, se escandalizan de cosas de las que se reiría un chaval. Da la impresión que los mandamientos estaban al revés: los lugares 6to y 9no ocupaban los primeros puestos. Falta mucha, pero mucha formación y educación allá adentro, y falta, mas aún, sentido común.
Todo ello produce en muchos adeptos un continuo sentimiento de culpa, de suciedad,  de inferioridad, hay algo patológico, enfermizo, en esto ya que todo es fruto prohibido, todo es pecado, todo está podrido, todo es remordimiento... ¿qué clase de vida espiritual puede ser esa? ¿Qué ser humano íntegro y completo puede salir de una visión del mundo como esa?
La represión irracional y desmedida causa efectos lamentables, por ejemplo los casos de miembros del grupo expulsados por homosexualidad y depredación sexual dentro de la entidad, que una vez que están fuera se casan y tienen familias completamente normales lleva a pensar que sus desvíos no eran sino la reacción a una presión, hormonal si se quiere, interior muy grande que no sabía a donde dirigirse. Lo lamentable es que en la mayoría de los casos, en vez de encaminar esas personas para el matrimonio y para que de esa manera encausen correctamente su sexualidad y lleven una vida normal, los dejan dentro a toda costa –interés, vocación, necesidad de números, hay que aguantar dentro cueste lo que cueste-. Una vez que el tema del sexo es un tabú impenetrable nunca se le explica al individuo nada al respecto, simplemente es algo inmundo, pecaminoso, prohibido, es mejor morir a siquiera pensar en eso, jamás se podrá hablar de esos temas ni con un superior ni con nadie. La sexualidad es apenas una parte del ser humano, y la virtud y la vida espiritual van más allá de los 6 y 9 mandamientos. Y tan fácil que sería dar un poco de formación moral positiva!
El Dr. Plinio en las reuniones públicas a los más jóvenes continuamente (obsesivamente) machacaba la perversidad del pecado de la carne, parecía entonces que las trasgresiones a la Ley de Dios eran solamente posibles por vía del sexo.
En una oportunidad un cura que me confesó en la iglesia de S. Francisco, en el centro de Sao Paulo, preguntó que por qué todos los de la TFP que iban a confesarse allá le contaban cosas de masturbación, me quedé atónito, por lo del secreto de confesión (el Dr. Plinio recomendó a todos no regresar allá). En otra oportunidad el Padre Carlos LL., famoso dominico, después de varias horas de confesión a miembros del grupo acabó comentando: "vosotros tenéis un problema serio con la masturbación".
La consecuencia más grave de la masturbación es la sensación de culpa y de miedo que provoca en los individuos que han tenido una mala o nula educación sexual, lo cual puede generar inseguridad y auto recriminación, y tantas otras neurosis. En la mayoría de los casos la masturbación no es sino un desahogo, una vía de escape de tensiones emocionales. Su práctica excesiva puede ser un indicador de extrema tensión nerviosa, lo que revelaría que la masturbación es un síntoma y no la causa de un estado emocional alterado.
Hoy en día poca cosa ha cambiado, me refiero a que en la TFP se mantiene la misma actitud de hostilidad irracional a la mujer (todas son fassuras) como fuente de todo pecado, y en los Heraldos, a pesar de tener una rama femenina, aún se las considera seres horrorosos e inferiores (es decir siguen siendo unas fassuras) -de hecho esa rama femenina nació apenas como una fachada para hacer creer que habíamos cambiado nuestra forma de ser radicalmente, pero solo una fachada.
Me pregunto ¿Cómo serán los sacerdotes heraldos? ¿Qué orientación podrán dar en ese sentido? si ellos mismos vienen de esa terrible deformación de la moral y de la naturaleza humana y carecen de toda formación pastoral, moral y ética, siendo su única referencia las reuniones del Dr. Plinio. Claro que mientras se dediquen a desarrollar sus actividades puertas adentro no afectarán sino al pequeño número de adeptos con los que cuentan, y sin duda Roma les tiene el ojo bien puesto encima para evitar que puedan afectar a terceros.