martes, 31 de agosto de 2010

La Iglesia no es una secta

1) El modo de proceder típicamente sectario no responde a las características constitutivas de la Iglesia católica, sí a cierta conformación antropotópica moderna, iniciada en el barroco y con fuerte influencia del voluntarismo, filtrado básicamente de las tècnicas conductuales de la Compañía de Jesús sobre todo después de Acquaviva. Como verá, un poco más complicado que el simplista RC-R, versión de película de vaqueros de un proceso complejísimo de deriva antropocéntrica que se inicia en el siglo XIV con Occam y los voluntaristas franciscanos.
Esta deriva organizativa, caracterizada por el obediencismo ciego y la subordinarción de todo a la organización, recibe un "spin" totalitario en el siglo XX, ingresando en la manipulación de conciencias, un poco como contagio de las ideologìas y partidos políticos comunistas y nacionalsocialistas. Con el agregado de la violación del fuero interno y el uso de tècnicas modernas de control sacadas de la publicidad y del manejo político de las burocracias.
2) Una doctrina puede ser falsa sin ser sectaria. La clave del sectarismo no reside tanto en la verdad o falsedad de la doctrina, cuanto en la "modalidad de apropiación" de esa doctrina, y sobre todo en la práctica institucional o praxis que de esa modalidad se deriva. Se puede ser fanático de una idea verdadera o fanático de una idea falsa; el fanatismo no reside en la verdad o falsedad del juicio, sino en la regla prudencial con que se aferra la persona a esas ideas.  En ese orden, un analista del fenómeno sectario de confesión musulmana reconocería ciertas regularidades sectarias tanto en un movimiento católico, como en uno musulman o hinduista.  Por cierto, en la génesis de una praxis falsa hay una desviación especulativo-practica de la virtud de la prudencia, que denota una corrupción de la facultad intelectiva. Por eso, no hay secta "católica" sin alguna desviación doctrinal. Por eso, he señalado ciertas desviaciones como la adopción de la doctrina dañada de Catalina de Emmerick (apud Brentano) en el neoplatonismo de base del pensamiento romántico pliniano. Ideas que han permeado hacia cierta repulsa del sexo que ya habrían querido sostener los albigenses en el siglo XIII.
3) Al contrario, Nuestro Señor, cuando profetiza a un ente libre, siempre emplea la profecía otorgando a su destinatario la gracia para corregir el rumbo equivocado de su voluntad, no para manipularlo. Y la clave de que no manipula es que respeta exquisitamente la libertad del Traidor, aunque usa medios inimaginables para que recapacite, hasta intentar apurar el proceso de su "aieresis" o elección con el propósito de que elija el bien ("lo que tengas que hacer hazlo pronto"). En ese sentido, no encuentro figura más diferente a estos manipuladores pseudoproféticos que la de Nuestro Señor.
cordialmente,
Psicopompus

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este Blog pretende ayudar informando a la gente, sea moderado en su comentario.